jueves, 28 de julio de 2011

A cuatro años del terremoto de Ica

El 15 de agosto del 2007 ocurrió un suceso que difícilmente se olvidará. El terremoto de Pisco, de Ica o del 15 de agosto, como quieran llamarlo, fue uno de los sismos más fuertes de la historia del Perú. De una magnitud de 7.9 grados en la escala de Richter azotó las costas de las provincias de Ica y Lima. En la ciudad de Ica este sismo trajo ventajas y desventajas que se analizará a continuación.


Inmediatamente después del sismo, se sintió un caos inefable. El apagón general, los gritos, las noticias de muerte y los incendios eran los primeros males que se presentaron. Luego, el temor por saber el estado de los familiares y la caída del servicio de telefonía complementaron el caos. Al amanecer, se observaron muchas casas destruidas, hospitales, escuelas, templos y edificios históricos desmoronados. La carencia de agua potable obligaba a salir a su búsqueda lo más rápido posible y aprovechar la luz del día, puesto que de noche el invierno seco de Ica y la amenaza de saqueos masivos imposibilitaban su búsqueda de noche. La frecuencia de pequeños sismos y no tan pequeños sismos mantenían en una situación desagradable de alerta a toda la gente que produjo traumas presentadas como fobias a cualquier movimiento que se sintiera.


No todo fue tragedia en este terremoto. Las ventajas se pudieron apreciar después de que paso todo el evento del terremoto (terremoto en si y remesones posteriores). La destrucción física de la ciudad obligó un impulso constructor donde ingenieros civiles, arquitectos y empresas dedicadas a la construcción fueron los más beneficiados. Un ejemplo de esto fue la llegada de empresas dedicadas al transporte de concreto como UNICON en Ica o de supermercados transnacionales de construcción. Este impulso constructor trajo consigo un impulso económico reflejado en la llegada de supermercados y tiendas por departamentos, además de cines y centros comerciales grandes. Esto se produjo debido a que al haberse dado la necesidad de reconstruir la ciudad, la población afectada destinó mucho dinero a la construcción y cuando se introduce dinero a un determinado sector económico, este responde también con capital, creándose así un flujo de dinero que atrae la oferta. Este fenómeno económico se puede observar también cuando acaba una guerra. El país afectado es reconstruido y generalmente se presenta un auge económico que muchas veces supera a la situación económica en la que se encontraba el país antes de la guerra.


Sin embargo, hay un punto que cabe hacer hincapié y me refiero a los dos sectores claramente diferenciados que existe en nuestro país: el sector privado y el sector público. Gracias a la economía de mercado que se maneja en el Perú, el sector privado se encamina autónomamente bien y se observa un mayor desarrollo. En contraste, el sector público es el más lento y muchas veces olvidado. Un claro ejemplo de lo dicho anteriormente es el siguiente: En cuanto a los hospitales de Ica, primero se construyó el de Essalud y mucho después el hospital Regional que dicho sea de paso el presidente de la República lo inauguró cuando el mentado hospital no estaba al 100% operativo. En cuanto a escuelas, primero se terminaron de refaccionar la escuelas privadas y luego las escuelas públicas. Esto evidencia una clara desidia que, como he mencionado en otros ensayos, es típico de los gobiernos peruanos.


El templo de la iglesia del Señor de Luren perdió lamentablemente su fachada, puesto que la torre principal se destruyó hasta la mitad y otras pequeñas cúpulas que conformaban su rostro cayeron. Luego del terremoto, el templo lucía como muestra la imagen.



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Y a cuatro años del terremoto el templo luce como muestra la siguiente imagen.


Imagen0299.jpg


En cuatro años, solo se ha podido destruir la fachada del templo y amontonar los escombros en al atrio del santuario.


Finalmente, nos preguntamos por qué lo público es más lento y lo privado es más rápido. La verdad es que en el Perú existe un sentimiento de negligencia que impide que las cosas "públicas" sean cosas "privadas comunes" como lo es en otros países de Europa. En países como Alemania o Inglaterra no hay un sentimiento de destrucción de lo público, todo se cuida como si fuera de uno mismo. Es necesario que, en el Perú, se trate un mucha inteligencia la negligencia de los peruanos, ya que, por más que el gobierno se esfuerce por realizar obras públicas, no servirán las ideas si el descuido de los funcionarios y los ciudadanos se impone ante las buenas intenciones.

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